MITOLOGIA NORDICA

En los tiempos cuando reinaba la mitología, la historia de los dioses era como un espejo de la historia de la humanidad: algunos dioses eran crueles, avariciosos y malvados. Eran dioses que inspiraban verdadero temor. Sin embargo, otros eran dioses protectores, generosos y dignos de confianza que prodigaban munificencia a sus súbditos. Por otra parte, la naturaleza de algunos dioses era menos predecible, una volátil combinación de fuerzas opuestas.Los dioses de esta edad no eran infalibles: tenían sus puntos fuertes y débiles al igual que los mortales que los veneraban. Y como todos los hombres y todas las civilizaciones, estos dioses nacían y morían. Pero su leyenda perdura. A pesar de que surgieron muchas contradicciones e incoherencias a lo largo de su evolución, las leyendas acerca de estos dioses todavía abren una ventana al pasado a la que merece la pena asomarse. En el principio de los tiempos, según la leyenda nórdica, no había más que fuego y agua. Poco a poco estas fuerzas forjaron dos seres: el gigante Ymir y la vaca Audhumla. Audhumla se alimentaba lamiendo el hielo salado, mientras que Ymir subsistía de la leche de Audhumla. Con el tiempo, el incesante lamer de la vaca liberó del hielo a otra criatura: el dios Bor. Bor engendró otros muchos dioses, pero ninguno de ellos tan importante como Odín.

Odín se convirtió en el señor de todos los dioses nórdicos, así como en la personificación de todo el conocimiento. Para ello, le ofreció el ojo derecho a un gigante llamado Mimir a cambio de que le dejase acceder a las fuentes de la sabiduría. Más tarde, cuando Mimir resultó Decapitado en la batalla, Odín untó el cráneo con hierbas para devolverle la vida. Desde entonces conservó la cabeza de Mimir a su lado como fuente de inestimable consejo. Aunque Odín engendró muchos hijos, fue a través de su matrimonio con la diosa Friga como se produjo la mayor diversidad de dioses: desde el elocuente Bragi (dios de la poesía) hasta el más poderoso de todas las
deidades nórdicas, Thor, el dios del trueno.

Thor nunca tuvo miedo en la batalla, gracias en gran medida al arma que había elegido: un martillo asombrosamente poderoso al que llamó Miolnir. Una vez lanzado, Miolnir siempre volvía a las manos de Thor, no sin antes despedir impresionantes relámpagos por los cielos del norte.
Cuando Thyrm, el rey de todos los gigantes en la remota tierra de Jotunheim, oyó hablar del martillo, quiso apoderarse de él. Pero la
venganza por haber querido robarle el martillo a Thor llegaría sin demora ni compasión. Thyrm había pedido como rescate por el martillo a la diosa Freya, la madre de Thor.Thor montó en cólera, pero Heimdall, el guardián del Puente del arco iris y poseedor de los sentidos más agudos entre todos los dioses, ideó un plan: Thor se vestiría de mujer para ir a Jotunheim, la tierra de los gigantes, donde convencería a Thyrm de que él era Freya. Al principio Thor se negó, pero fi nalmente se puso uno de los vestidos de Freya y partió hacia Jotunheim. Cuando el complacido Thyrm le dio el martillo a cambio de la mujer que él pensaba que era Freya, Thor lo blandió con tal fuerza que acabó con el gigante de un solo golpe. Nadie se atrevió jamás a hacerle algo semejante a Thor.

Aunque implacable en la batalla, Thor era un guerrero protector que había heredado su condición de dios guerrero de Tyr (el más heroico y
benevolente de todos los dioses de guerra nórdicos). La ira de Thor era terrible y absoluta, pero siempre iba dirigida a aquellos que resultaban una amenaza para la humanidad o los dioses.Balder, por otra parte, no podía ser un hijo de Odín más diferente a Thor. Templado y amable, se le consideró el dios de la belleza y la sabiduría. Sin embargo, continuamente se veía asaltado por tantas pesadillas y temores a la muerte que su madre, la diosa Friga, hizo jurar a todas las criaturas de la tierra que nunca le harían daño. Pero Friga olvidó pedírselo a la pequeña e insignificante planta del muérdago, la que supondría el final de Balder.

La historia cuenta que el dios Loki construyó un arco de muérdago y engañó al hermano de Balder (Hod, el dios de la guerra ciego) para que
lo asesinase. Por ello, Loki fue castigado a permanecer debajo de una serpiente gigante que le destilaría ácido en el rostro. El dolor era tan
intenso que los estremecimientos de Loki movieron la tierra, creando así los terremotos. Mientras tanto, Friga le pidió a Hela, la hija de Loki y diosa de los infiernos, que le devolviese la vida a Balder. Hela declaró que, en primer lugar, todos y cada uno de los seres de la tierra deberían derramar lágrimas por la muerte de Balder, al igual que Friga les había pedido anteriormente que lo protegiesen.

Ciertamente era posible. Después de todo, Balder era un dios conocido por todos... Skadi, la diosa del invierno, tuvo que unirse en infeliz matrimonio con otro dios mientras intentaba conquistar a Balder. A pesar de su popularidad, la declaración que Hela había pedido nunca
tuvo lugar. Aun así, Balder tuvo un hijo, Forseti, el dios de la justicia. Desde las laboriosamente decoradas salas de su palacio de oro y plata, Forseti resolvía todas las disputas y, así, mantuvo viva la leyenda de Balder, su amado padre.Los dioses nórdicos estaban destinados a sufrir su destrucción el día de Ragnarok en la batalla contra los gigantes, sus perpetuos enemigos.